top of page

Internet, un arma para evadir la censura

Ante la corrupción, los hechos de violencia y el miedo a publicar, la autocensura y la Internet parecerían ser una salida al temor que sienten los periodistas. Por ejemplo, el portal web Votebien publicó en octubre de 2011 una noticia -sin firma- acerca de un hecho de corrupción en el Casanare, no es el único caso.


María (como llamaremos en este caso a la periodista regional) decidió hacer público un hecho de corrupción que estaba ocurriendo en Yopal, la capital del departamento del Casanare, y que involucraba al candidato a la Gobernación, Nelson Mariño, al aspirante liberal a la alcaldía William Celemín y a cuatro representantes legales de urbanizaciones por la venta masiva de lotes no urbanizables, bajo la promesa de una vivienda propia a cambio del voto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pagina de la noticia publicada en Votebien
 

Entonces, María se contactó con Juan (nombre cambiado por seguridad) quien trabajó como periodista en Votebien. Cuenta Juan que ella –la periodista regional- le “mostro los audios, los videos y las fotos que vinculaban a los protagonistas con la venta masiva de lotes y la captación de miles de millones de pesos de centenares de familias en Yopal”. Entonces al corroborar esa información, Votebien publicó la noticia sin firma, bajo el nombre de “Se vende Yopal: cómodas cuotas”, con esto, le logró que la Fiscalía 31 Yopal abriera una investigación.


“La periodista temía que hubiera represarías en su contra porque, aunque los aspirantes ganaron las votaciones, se trataba de un asunto delicado y por eso ella tomó la decisión de autocensurarse”, contó Juan. En total fueron más de 21 mil millones de pesos el lucro porque “se habría adjudicado 3.000 lotes, cada uno por siete millones” de pesos, así lo aseguró el Coronel Nelson Rincón Laverde, comandante de la policía de Casanare.


Por otro lado, el periodismo en Colombia parece ser una profesión que implica un riesgo. La FLIP publicó recientemente un informe sobre el estado de la Libertad de Prensa en Colombia para el año 2011; éste pudo documentar el asesinato de un periodista por razones del oficio, el exilio de dos reporteros, el atentado a dos medios de comunicación y 94 casos de periodistas amenazados .

Además, de acuerdo con el informe de la FLIP, “el asesinato de periodistas ha disminuido drásticamente en los últimos 10 años en Colombia” por ejemplo, en el 2001 fueron 9 periodistas asesinatos en 2011 fue un único periodista al que le apagaron su voz.


Camilo Montoya, periodista del noticiero CM&, cree que “sería irresponsable asegurar que en Colombia el periodismo no es una profesión de alto riesgo. Lo es. El deber de un periodista en un país tan problemático, es buscar una verdad, encontrarla, confirmarla, y publicarla con responsabilidad”, por otro lado, asegura Montoya que “internet permite matar la censura. Es Internet es el verdugo invencible de la censura”, concluye.


Así pues, hacer noticias en medio de un contexto electoral, como el caso de María, donde se encuentran muchos intereses en juego, intereses políticos y económicos a nivel local, implica un riesgo para los comunicadores porque es un momento en que se destapan muchos escándalos y se pone en riesgo la vida del comunicador. Pero el caso de María no es el único, Juan dice que “otro caso es el de Casas por Votos” que funciona de la misma forma que el de Yopal, pero esta vez en la ciudad de Cúcuta, norte de Santander.


Sin embargo, los comunicadores cuentan con el programa de protección a periodistas del Ministerio del Interior y Justicia, pero el miedo siempre persiste, según Andrés Morales, director ejecutivo de la FLIP, “la respuesta a esta situación nos la dio un periodista radial cordobés que dijo: “yo no voy a publicar nada porque sé las consecuencias que me esperan”, comentó Morales para la página www.colombia.com, versión que nos ratifica que el miedo persiste en los diferentes medios y sus periodistas.


En este sentido, los futuros comunicadores no deberían sentir miedo, sin embargo para Diego Valdivieso, estudiante de comunicación social y periodismo de la Universidad Javeriana, el miedo es latente, “creo que si es un tema muy peligroso como corrupción, parapolítica o cosas así, me daría un poco de miedo poner mi nombre, aunque me encuentre respaldado por el medio pondría quizás un anónimo”, dice el joven y próximo comunicador.


Entonces, están en juego dos cosas, la verdad y la seguridad; tal vez el periodista no debería ocultar su nombre aunque resulta mejor publicar a nombre de la redacción del medio. En este sentido se percibe, dice la FLIP, “un ambiente de censura instaurada, donde sectores de la prensa han preferido silenciarse sin necesidad de ser intimidados o atacado” lo que significa una censura clara en la que la publicación en la web, sin firma en un medio, resulta una solución, como en el caso de María, para que la gente se informe en una era donde la red es cada vez más popular.

Por Camilo Charry S.

bottom of page